Actualmente, gozar de una buena vista es casi una proeza. Y no debe extrañarnos porque pasamos demasiado tiempo frente a pantallas de computadoras, televisores y teléfonos inteligentes.
La Información es Poder comparte contigo una selección de ejercicios que no sólo te ayudarán a conservar la visión, sino también a mejorarla. Debes hacer estos ejercicios en un estado relajado, de máximo confort, evitando la fatiga visual.
«Rayo»
En las horas de luz al aire libre, elige un objeto de estudio. La forma más idónea es apostar por un letrero que se lea bien. Después de seleccionar ese objeto, ponte de pie para que la imagen se difumine sólo lo suficiente para no ser legible, aunque brevemente se produzca una neblina, debe leerse justo después de cada parpadeo.
A continuación, comienza a parpadear, mirando el letrero y centrando tu visión en el resplandor que surge después de cada parpadeo. Trata de leer la inscripción en el momento de este resplandor. Después de que el resplandor de una vista «aguda» haya desaparecido y la imagen se haya difuminado, vuelve a parpadear de nuevo y trata de leer la inscripción otra vez.
El ejercicio puede hacerse durante una hora, cambiando los objetos para evitar la monotonía del patrón a seguir. El primer día de clases, hay que parpadear, literalmente, cada segundo, y cuando el resplandor de la vista «aguda» aumente notablemente, continúa con los siguientes ejercicios.
«Tiro al blanco»
Estando al aire libre, con luz de día, elige con la vista distintos objetos (blancos) para verlos a una velocidad de uno por segundo. Hay que tener en cuenta que estén a diferentes distancias (desde la punta de la nariz hasta el horizonte). Cada objeto (blanco), debe tener un foco y debe permanecer enfocado para que, parpadeando con regularidad, podamos captar el resplandor de una vista «aguda».
En la etapa inicial, mientras que el resplandor todavía no es muy grande, parpadea en cada objeto seleccionado (blanco), es decir, con una frecuencia aproximada de un parpadeo por segundo. Con el aumento del resplandor puedes parpadear menos a menudo, es decir, no ya en cada blanco, sino una vez por cada dos o tres. Como blancos, elegir sólo aquellos objetos en los que el ojo realmente puede enfocar de forma nítida.
«Spiderman»
Estando al aire libre con la luz del día, elige como objeto del ejercicio un arbusto o árbol frondoso (se puede utilizar cualquier otro objeto de tamaño similar) y entrando durante el parpadeo en el modo de vista «aguda», empieza a envolver mentalmente el objeto con hilos imaginarios.
Acompaña cada vuelta con la vista enfocándola en el punto de contacto del hilo imaginario con el objeto. Para mantener enfocada de forma permanente la zona activa del objeto, parpadea. De vez en cuando cambia los objetos para mantener la pasión y la nitidez de la percepción.
«Descanso»
Cierra los ojos con las palmas de las manos sobre los párpados. La mano derecha sobre el ojo derecho y el izquierdo con su homólogo. Los dedos en la frente se cruzan en la zona del «tercer ojo».
Lleva tu vista a la oscuridad, tratando en la medida de lo posible relajarte y abandonar las imágenes visuales que te sean caóticas. Realiza este ejercicio hasta conseguir las sensaciones de confort deseado.
«Péndulo»
Estando al aire libre con la luz del día, elige un objeto para el ejercicio. Para realizarlo, mejor usa algún letrero fácil de leer y de tamaño considerable (por ejemplo, una tienda situada a lo lejos o una valla publicitaria).
Parpadeando consigue el estado de la vista aguda. Enfoca tu vista en el letrero y empieza a moverlo y columpiarlo moviendo el punto de la vista a lo largo de la inscripción y hacia atrás como si fuera un péndulo, intentando, en la medida de lo posible, conservar el enfoque de la vista sobre el objeto.
Cuando se difumine vuelve a parpadear, entra en el modo de la vista «aguda» y sigue haciendo el ejercicio. Ya cuando adquieras experiencia, puedes prescindir de la elección de un objeto concreto.
«Ídolo chino»
Elige el objeto para el ejercicio (los requisitos son exactamente los mismos que en el ejercicio «Péndulo»). Parpadea, capta el resplandor de la vista «aguda», enfoca la vista en el objeto y, moviendo la cabeza de lado a lado, trata de mantener el enfoque en el objeto durante el mayor tiempo posible.
Cuando se difuminen las imágenes, vuelve a parpadear y sigue haciendo el ejercicio.
«El infinito»
Elige el objeto (los requisitos son los mismos que anteriormente). Parpadea, capta el estado de la vista «aguda» y moviendo los ojos trazando un movimiento similar al signo del «infinito» trata de conservar el enfoque sobre el objeto durante el mayor tiempo posible.
Mientras tanto, la cabeza debe moverse hacia la derecha (con el movimiento de los ojos hacia la derecha) y a la izquierda (con el movimiento de los ojos hacia la izquierda), aumentando de esta manera los tamaños horizontales del símbolo del infinito.
«Pulido»
Elige el objeto para el ejercicio (los requisitos son los mismos que para los ejercicios 5, 6 y 7). Parpadeando entra en el modo de vista «aguda» y enfocando la vista sobre el objeto, empieza a observar sus detalles (si el objeto elegido es un letrero, sus detalles son cada letra).
Observando estos detalles, haz suaves movimientos circulares con los ojos que recuerdan movimientos puliendo algo. Procura conservar el enfoque sobre el objeto el mayor tiempo posible. Vuelve a parpadear y sigue haciendo el ejercicio.
«Rayo de luz»
Para realizar este ejercicio se requiere de un tiempo soleado, pero se puede utilizar la luz solar dispersada o una luz eléctrica (incluyendo la lámpara fluorescente)
Con firmeza, pero sin tensión, cierra los ojos y durante aproximadamente un minuto pon tu cara hacia la fuente de luz (lo mejor es que esto sea el sol). El ejercicio se puede hacer cinco o seis veces al día.
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